lunes, 28 de abril de 2014

Wanderlust

           Me encuentro envuelta en una cálida y tenue atmósfera creada únicamente por la iluminación de unas velas que emiten un ligero aroma a vainilla y que han impregnado cada rincón de mi habitación. Estoy tumbada en la cama con una manta polar que tapa la mitad de mi cuerpo. Es tarde y no para de llover. Podría decir que oír llover desde mi cama mientras me siento protegida y arropada forma parte de uno de mis placeres favoritos. De fondo suena un remix de "I see Fire", de Ed Sheeran. Ignoro lo que tiene esa canción que me relaja hasta el punto de dejarme en un estado en el que solo están mis pensamientos y yo, un momento de completa evasión.

            En ese instante de relajación es cuando quiero dejar atrás todo lo que me reprime y me entran unas incontrolables ganas de viajar. Ganas de viajar a los rincones más conocidos y a los más remotos de la tierra. Ganas de recorrer cada lugar insospechado, de perderme entre bosques y carreteras de mala muerte. De emprender un viaje sin rumbo, sin ninguna ruta establecida, moverme de un país a otro, sin horarios, sin rutina. Tener el privilegio de ver amanecer en sitios distintos y anochecer sin saber lo que me deparará el día siguiente.

             Entre tanto que expresar busco alguna palabra que englobe dicha sensación. Una sensación, que por mucho que rebusque, es imposible de describir en una sola palabra en castellano. No obstante, encuentro un termino en inglés que describe a la perfección tal sentimiento: “Wanderlust”. Palabra de origen alemán compuesta por la palabra wandern que significa “caminar” y  lust “deseo” y que los ingleses la utilizan como vocablo. Su definición atiende a un “fuerte deseo o impulso de recorrer y explorar el mundo”.  Un deseo por descubrir lo que te está esperando en el mundo, las experiencias, los sueños. Una sensación que cuando yo te digo "Wanderlust" tú entiendes todo lo que siento.



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