lunes, 28 de abril de 2014

Mientras tanto en el Ártico



       Este oso fue hallado muerto en el archipiélago de Svalbard, situado en el océano Glacial Ártico, al norte del continente europeo. Al parecer y según las posteriores investigaciones la falta de hielo hizo vagar al oso en busca de comida, ya que el animal se encontraba en un estado famélico, sin apenas grasa. Además, este mismo ejemplar, un oso relativamente joven, fue examinado minuciosamente años atrás tratándose de un ejemplar que gozaba de buena salud sin mostrar ningun signo de enfermedad.

       Estamos ante un hecho no tan lejano a la realidad que nos rodea y que prueba el ineludible e imparable deterioro del medio ambiente también conocido como calentamiento global. El origen del calentamiento global no está determinado por un único factor sino que está provocado por diferentes causas, tanto naturales como derivadas de la actividad humana. Prueba de su existencia es la rápida y anticipada desaparición del hielo y por consecuencia la disminución de ejemplares de osos polares en el Ártico entre la fauna polar.
    
       Conmueve ver a un animal tan fascinante y robusto reducido a piel y huesos. Sin embargo este no es más que uno de los tantos osos polares que se ven afectados por este fenómeno que va adquiriendo cada día más fuerza. Es cierta nuestra imposibilidad de intervenir en los procesos naturales que producen el cambio climático. No obstante es de máxima urgencia la reducción de los factores que interfieren en su desarrollo, como la emisión de CO2 y otros gases que atrapan el calor.
   
       Quizá no podemos hacer nada por regular la actividad solar, ni mucho menos por arreglar el daño ya causado, pero si que podemos sensibilizarnos y considerar la idea de tener una mayor conciencia ambiental.

Wanderlust

           Me encuentro envuelta en una cálida y tenue atmósfera creada únicamente por la iluminación de unas velas que emiten un ligero aroma a vainilla y que han impregnado cada rincón de mi habitación. Estoy tumbada en la cama con una manta polar que tapa la mitad de mi cuerpo. Es tarde y no para de llover. Podría decir que oír llover desde mi cama mientras me siento protegida y arropada forma parte de uno de mis placeres favoritos. De fondo suena un remix de "I see Fire", de Ed Sheeran. Ignoro lo que tiene esa canción que me relaja hasta el punto de dejarme en un estado en el que solo están mis pensamientos y yo, un momento de completa evasión.

            En ese instante de relajación es cuando quiero dejar atrás todo lo que me reprime y me entran unas incontrolables ganas de viajar. Ganas de viajar a los rincones más conocidos y a los más remotos de la tierra. Ganas de recorrer cada lugar insospechado, de perderme entre bosques y carreteras de mala muerte. De emprender un viaje sin rumbo, sin ninguna ruta establecida, moverme de un país a otro, sin horarios, sin rutina. Tener el privilegio de ver amanecer en sitios distintos y anochecer sin saber lo que me deparará el día siguiente.

             Entre tanto que expresar busco alguna palabra que englobe dicha sensación. Una sensación, que por mucho que rebusque, es imposible de describir en una sola palabra en castellano. No obstante, encuentro un termino en inglés que describe a la perfección tal sentimiento: “Wanderlust”. Palabra de origen alemán compuesta por la palabra wandern que significa “caminar” y  lust “deseo” y que los ingleses la utilizan como vocablo. Su definición atiende a un “fuerte deseo o impulso de recorrer y explorar el mundo”.  Un deseo por descubrir lo que te está esperando en el mundo, las experiencias, los sueños. Una sensación que cuando yo te digo "Wanderlust" tú entiendes todo lo que siento.



miércoles, 23 de abril de 2014

50 años con Mafalda y nada cambia

        Han pasado más de 50 años desde que Quino publicara la tira cómica de Mafalda protagonizada por la niña homónima que se muestra preocupada por la humanidad y la paz mundial, y se rebela contra el mundo legado por sus mayores. Esta viñeta hoy en día, después de tantos años, sigue siendo un tema vigente y conocido por todos.

        La rotunda negación de Mafalda por abandonar el país después de terminar los estudios universitarios es el espejo de los licenciados de este país que se ven obligados a dejar España para encontrar un trabajo por el que han estudiado durante muchos años. Los jóvenes con diferentes formaciones académicas  buscan fuera del país una oportunidad para trabajar con la esperanza de volver a su lugar de origen.

        Son muchos los que dejan atrás su tierra, su familia y sus amigos y emprenden un viaje hacia un país desconocido en el que el principal enemigo es el idioma. No obstante, los jóvenes que emigran en busca de trabajo están completamente capacitados para comunicarse y poseen una elevada formación académica por la cual las grandes potencias europeas se frotan las manos. Asimismo, la marcha de estos jóvenes supone una gran pérdida para el país que ha invertido dinero en una formación de la que luego no van a salir beneficiados.

         Me pregunto, ¿qué futuro nos espera a nuestra generación si no se fomenta el empleo o si no se invierte en investigación? Incluso, siendo todavía más preocupante ¿qué futuro le queda a un país que ni siquiera va a tener relevo generacional por culpa de la falta de trabajo y medios de vida?

martes, 22 de abril de 2014

“Un azote a tiempo evitará otros azotes a destiempo"


    Hoy en día, el mal comportamiento de los niños es más patente en la sociedad y no es más que por la falta de disciplina y la falta de educación. Los padres son los responsables del comportamiento de sus hijos y su deber es enseñarles a comportarse. Un cachete a tiempo es necesario para su aprendizaje.

   

  La imposibilidad de razonar con los niños por medio de las palabras obligan a los padres a interactuar de una forma en la que el niño entienda el mensaje claramente. Los niños no necesitan largas charlas o explicaciones, necesitan saber qué es lo que se puede hacer y lo que no y es por eso que los padres juegan el papel más importante a la hora de poner los límites.
   
   Es conocida por la sabiduría popular el refrán que dice “Quién bien te quiere, te hará llorar.” El amor a los niños implica una disciplina y una serie de castigos que cada padre/madre tiene que imponer a sus hijos, reconviniéndoles todas las veces que haga falta.

    Últimamente se han oído casos de hoteles y restaurantes e incluso de aviones que prohíben la entrada a los niños. Todo esto por culpa de su incorrecta conducta, permitida por sus padres. La educación y la manera de comportarse de los niños según la situación, las personas y el lugar, son aspectos que se están perdiendo según el paso de las generaciones y si no se enmienda esta conducta, la presencia de los niños estará vetada en cualquier sitio.

    En conclusión, no se trata de infligir daño físico de manera gratuita, sino de un hecho puntual en la que se intenta advertir, corregir lo inadecuado de una conducta y dejar claro lo que es aceptable y lo que no. Un azote a tiempo evitará otros azotes a destiempo.